Hace unos días se presentó en el Centro (lugar habitual de trabajo) una persona especial. Con gran dificultad cruzó la puerta y se dirigió a mi mesa. Yo le hablé pero no obtuve respuesta y es entonces cuando soltó sus grandes muletas y con sumo cuidado sacó del bolsillo interior de su chaqueta una nota que decía:
"Verónica enseñalé a manejar el ratón, y le creas una cuenta de correo electrónico". Jesús
En ese momento me quedé perpleja ante la situación y lo primero que se me ocurrió fue acercarle una silla para que se sentara cómodamente. En primer lugar me centré y quizás mal por mi parte, en saber quién era tal persona que se llamaba Jesús y había escrito la nota. Entre gestos y aspavientos que me sirvieron como pistas de aquella persona que estaba sentada frente a mi y que portaba la nota en su mano, al final recordé a un fiel usuario durante las temporadas que permanece en la localidad.
Después de descifrar el "enigma", le formulé varias preguntas las cuáles él me intentó responder con su mirada, gestos manuales y algún sonido.
En ese momento no sabía que hacer y tan pronto se me ocurrió un horario y un grupito con quién asistir se lo comuniqué y escribí en el mismo papel que él traía.
Esta visita no pasó desapercibida, ya que me mantuve pensando casi de forma ininterrumpida como salir airosa de aquella situación y que es lo que yo podía ofrecer y enseñar aquel señor. No sabía leer, ni escribir, no podía hablar y movía sus extremidades con dificultad.
Al día siguiente, y a la hora fijada, Ángel o más conocido en el pueblo como "Angelito", acudía a su cita. Él es un señor de avanzada edad con un alto grado de minusvalía. Era el primer día y Ángel radiaba de alegría. Sus ojos frente al ordenador transmitían sorpresa y admiración ante un mundo totalmente ajeno para él, pués no conoce otra realidad en más de 40 años que la de su cercano alrededor.
"Verónica enseñalé a manejar el ratón, y le creas una cuenta de correo electrónico". Jesús
En ese momento me quedé perpleja ante la situación y lo primero que se me ocurrió fue acercarle una silla para que se sentara cómodamente. En primer lugar me centré y quizás mal por mi parte, en saber quién era tal persona que se llamaba Jesús y había escrito la nota. Entre gestos y aspavientos que me sirvieron como pistas de aquella persona que estaba sentada frente a mi y que portaba la nota en su mano, al final recordé a un fiel usuario durante las temporadas que permanece en la localidad.
Después de descifrar el "enigma", le formulé varias preguntas las cuáles él me intentó responder con su mirada, gestos manuales y algún sonido.
En ese momento no sabía que hacer y tan pronto se me ocurrió un horario y un grupito con quién asistir se lo comuniqué y escribí en el mismo papel que él traía.
Esta visita no pasó desapercibida, ya que me mantuve pensando casi de forma ininterrumpida como salir airosa de aquella situación y que es lo que yo podía ofrecer y enseñar aquel señor. No sabía leer, ni escribir, no podía hablar y movía sus extremidades con dificultad.
Al día siguiente, y a la hora fijada, Ángel o más conocido en el pueblo como "Angelito", acudía a su cita. Él es un señor de avanzada edad con un alto grado de minusvalía. Era el primer día y Ángel radiaba de alegría. Sus ojos frente al ordenador transmitían sorpresa y admiración ante un mundo totalmente ajeno para él, pués no conoce otra realidad en más de 40 años que la de su cercano alrededor.
De todos es sabido que el uso del ordenador incide sobre la calidad de vida de las personas con minusvalía, pués pueden contribuir a una mayor autonomía de las personas con discapacidad. Con su uso es posible una mayor integración o puede servir como herramienta para la comunicación en tareas que forman parte de su vida.
Existen múltiples recursos para los que poseen alguna discapacidad, realizando de alguna manera, más fácil y cómodo el manejo de las nuevas tecnologías. Nosotros no los tenemos pero creo que con el espíritu y entusiasmo de Ángel por aprender, todo se puede conseguir... ya que desde entonces Ángel acude a su taller casi a diario, bien llueva o haga sol.
Existen múltiples recursos para los que poseen alguna discapacidad, realizando de alguna manera, más fácil y cómodo el manejo de las nuevas tecnologías. Nosotros no los tenemos pero creo que con el espíritu y entusiasmo de Ángel por aprender, todo se puede conseguir... ya que desde entonces Ángel acude a su taller casi a diario, bien llueva o haga sol.
"No vivas solo por vivir, disfruta lo que haces y aprende a compartir para que enseñes a otros a vivir."
5 comentarios:
Es sorprendente el ánimo de estas personas en el manejo de los ordenadores, y sobretodo su ilusión...es fundamental para nosotros sobretodo, que vemos que todo esto a veces al menos...merece muy mucho la pena. Me ha gustado mucho tu manera de narrarlo, en plan niña buena claro, jaja
Pues sí, hay gente que nos da lecciones a diario.
Verás como le enseñarás todo lo que quiera saber y más. Tienes un gran don de gente especial y eres una gran profesora estoy segurísima. Estos retos te servirán como experiencia y olé por Ángel!!!
Bonita historia de Angelito, la verdad q las Personas con Discapacidad tenemos mucho q demostrar cada día, Saludos Vero.
Hola verito:
Sigue así poniendole el mismo impetu que tu usuario.
Un abrazo
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